sábado, 31 de agosto de 2013

Masters of war

Bob Dylan

Come you masters of war
You that build all the guns
You that build the death planes
You that build the big bombs
You that hide behind walls
You that hide behind desks
I just want you to know
I can see through your masks.

You that never done nothin'
But build to destroy
You play with my world
Like it's your little toy
You put a gun in my hand
And you hide from my eyes
And you turn and run farther
When the fast bullets fly.

Like Judas of old
You lie and deceive
A world war can be won
You want me to believe
But I see through your eyes
And I see through your brain
Like I see through the water
That runs down my drain.

You fasten the triggers
For the others to fire
Then you set back and watch
When the death count gets higher
You hide in your mansion
As young people's blood
Flows out of their bodies
And is buried in the mud.

You've thrown the worst fear
That can ever be hurled
Fear to bring children
Into the world
For threatening my baby
Unborn and unnamed
You ain't worth the blood
That runs in your veins.

How much do I know
To talk out of turn
You might say that I'm young
You might say I'm unlearned
But there's one thing I know
Though I'm younger than you
Even Jesus would never
Forgive what you do.

Let me ask you one question
Is your money that good
Will it buy you forgiveness
Do you think that it could
I think you will find
When your death takes its toll
All the money you made
Will never buy back your soul.

And I hope that you die
And your death'll come soon
I will follow your casket
In the pale afternoon
And I'll watch while you're lowered
Down to your deathbed
And I'll stand o'er your grave
'Til I'm sure that you're dead.



Señores de la guerra

Vengan señores de la guerra, 
ustedes que construyen todas las armas, 
ustedes que construyen los aviones de muerte, 
ustedes que construyen las grandes bombas, 
ustedes que se esconden detrás de paredes, 
ustedes que se esconden detrás de escritorios, 
sólo quiero que sepan 
que puedo ver detrás de sus máscaras. 

Ustedes que nunca hicieron nada 
excepto construir para destruir, 
ustedes juegan con mi mundo 
como si fuera juguetito de ustedes, 
ponen un arma en mi mano 
y se esconden de mis ojos 
y se dan vuelta y corren alejándose 
cuando vuelan rápidas las balas 

Como antes Judas, 
mienten y engañan. 
Una guerra mundial puede ganarse 
(me quieren hacer creer) 
pero veo a través de sus ojos, 
y veo a través de sus cerebros, 
como veo a través del agua 
que corre por mi alcantarilla. 

Ustedes ajustan los gatillos 
para que otros disparen 
y luego retroceden y observan. 
Cuando el número de muertos asciende 
se esconden en sus mansiones 
mientras la sangre de los jóvenes 
se escapa de sus cuerpos 
y se entierra en el barro. 

Ustedes arrojaron el peor miedo 
que alguien pudo haber lanzado: 
el miedo a traer niños 
al mundo 
por amenazar a mi bebé 
aún no nacido ni nombrado 
no merecen la sangre 
que corre por sus venas. 

¿Cuánto sé 
como para hablar cuando no corresponde? 
Ustedes podrían decir que soy joven, 
podrían decir que no tengo educación, 
pero hay una cosa que sé, 
pese a ser más joven que ustedes: 
incluso Jesús nunca 
olvidaría lo que ustedes hacen. 

Déjenme preguntarles una cosa: 
¿el dinero que tienen es tan bueno 
como para comprarles el perdón? 
¿Piensan que tendría ese poder? 
Creo que encontrarán 
cuando les llegue la hora de la muerte 
que todo el dinero que hicieron 
nunca servirá para recuperar sus almas. 

Y espero que mueran 
y que la muerte les llegue pronto; 
yo seguiré sus ataúdes 
en la pálida tarde, 
y observaré mientras los bajan 
hasta su lecho último, 
y me quedaré parado frente a sus tumbas 
hasta asegurarme que estén muertos.


(1963)

Fuente: http://www.songstraducidas.com/letratraducida-Masters_of_War_27985.htm
Notas: http://www.taringa.net/posts/info/1124311/Senores-de-La-Guerra---Master-Of-War.html

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El ataque a Siria es contra Irán

Robert Fisk
Fuente:  http://www.jornada.unam.mx/2013/08/30/opinion/021a1mun

Antes que comience la guerra occidental más estúpida en la historia del mundo moderno –desde luego me refiero al ataque a Siria que ahora todos tendremos que tragarnos–, bien se puede decir que los misiles crucero que con tanta confianza esperamos que barran una de las ciudades más antiguas de la humanidad no tienen nada que ver con Siria. La intención es dañar a Irán.

Se trata de golpear a la república islámica ahora que tiene un presidente nuevo y vibrante –en oposición al orate Mahmud Ajmadineyad–, y cuando tal vez comienza a ser un poco más estable.

Irán es enemigo de Israel. Por tanto, es enemigo de Estados Unidos. Así pues, lancen los misiles contra el único aliado árabe de Irán.

No hay nada placentero en el régimen de Damasco. Tampoco estos comentarios deslindan al régimen en lo referente al gaseo masivo. Pero tengo la edad suficiente para recordar que cuando Irak –entonces aliado de Washington– usó gas contra los kurdos de Halabja, en 1988, no tomamos Bagdad por asalto. De hecho, ese ataque tuvo que esperar hasta 2003, cuando Saddam Hussein ya no tenía gas ni ninguna otra de esas armas que alimentaban nuestras pesadillas.

También recuerdo que la CIA sostuvo en 1988 que Irán era culpable de los ataques con gas en Halabja, palpable mentira enfocada en el enemigo de Estados Unidos al que Saddam combatía por cuenta nuestra. Y en Halabja murieron miles, no cientos. Pero así son las cosas. Distintos días, distintos raseros.

Y supongo que vale la pena señalar que cuando Israel dio muerte a más de 17 mil hombres, mujeres y niños en Líbano, en 1982, en una invasión supuestamente provocada por el intento de asesinato del embajador israelí en Londres por la OLP –fue Abu Nidal, amigo de Saddam, quien arregló ese ataque, pero eso no importa ahora–, Washington se limitó a llamar a los dos bandos a ejercer contención. Y cuando, meses antes de esa invasión, Hafez Assad –padre de Bashar– envió a su hermano a Hama para exterminar miles de rebeldes de la Hermandad Musulmana, nadie musitó una palabra de condena. Las reglas de Hama, es como mi viejo amigo Tom Friedman tituló cínicamente a aquel baño de sangre.

Como sea, en estos días hay una Hermandad diferente, y Obama no se animó siquiera a decir ¡bu! cuando un presidente electo democráticamente, miembro de esa organización, fue derrocado.

Pero aguarden. ¿Acaso Irak, cuando era nuestro aliado contra Irán, no usó también gas contra el ejército iraní? Claro que sí. Yo vi a las víctimas de ese perverso ataque de Saddam, con heridas como las de la batalla de Ypres, en la Primera Guerra Mundial –debo añadir que oficiales estadunidenses recorrieron más tarde el campo de batalla y rindieron un parte a Washington–, y no lanzamos ni siquiera una maldición al respecto. Miles de soldados iraníes en la guerra de 1980-88 murieron envenenados por esa arma vil.


Yo viajé aquella noche de regreso a Teherán en un tren de militares heridos y en verdad olí la sustancia; hubo que abrir las ventanillas de los corredores para liberar el tufo del gas. Esos jóvenes tenían heridas sobre heridas, literalmente. Tenían horribles llagas en las que flotaban otras aún más dolorosas, cercanas a lo indescriptible. Sin embargo, cuando se les envió a hospitales de Occidente para recibir tratamiento, los periodistas escribimos, luego de contemplar evidencias de la ONU más convincentes de las que probablemente llegaremos a obtener desde el exterior de Damasco, que eranpresuntas víctimas del gas.

Entonces, ¿qué, en nombre del cielo, estamos haciendo? Después de que incontables miles han perecido en la atroz tragedia de Siria, de pronto –ahora, luego de meses y años de prevaricación– nos molestan unos cuantos cientos de muertos. Terrible. Inconcebible. Sí, es cierto. Pero el trauma de esta guerra debió impulsarnos a la acción en 2011. Y en 2012. Pero ¿ahora? ¿Por qué?

Sospecho que sé la razón. Creo que el despiadado ejército de Bashar Assad tal vez está ganando contra los rebeldes que armamos en secreto. Con ayuda del Hezbolá libanés, el aliado de Irán en Líbano, el régimen de Damasco destrozó a los rebeldes en Qusayr y quizá esté en el proceso de acabar con ellos en el norte de Homs. Irán está profundamente involucrado en proteger al gobierno sirio. Por tanto, una victoria de Bashar es una victoria para Irán. Y Occidente no puede tolerar victorias iraníes.

Y ya que estamos en el tema de la guerra, ¿qué pasó con esas magníficas negociaciones israelí-palestinas de las que tanto alardeaba John Kerry? Mientras expresamos angustia por los perversos ataques con gas en Siria, la tierra de Palestina sigue siendo engullida. La política del Likud israelí –seguir negociando la paz hasta que no quede nada de Palestina– continúa a toda marcha, razón por la cual la pesadilla del rey Abdalá de Jordania (mucho más potente que las armas de destrucción masiva con las que soñábamos en 2003) sigue creciendo: que Palestina acabará siendo en Jordania, no en Palestina.

Pero si hemos de creer a las tonterías que salen de Washington, Londres, París y el resto del mundocivilizado, es sólo cuestión de tiempo para que nuestra veloz y vengativa espada aniquile a los damasquinos. Observar a los líderes del resto del mundo aplaudir esta destrucción es tal vez la más dolorosa experiencia histórica que debe soportar esta región. Y la más vergonzosa. Excepto porque también estaremos atacando a musulmanes chiítas y sus aliados ante el aplauso de musulmanes sunitas. Y de eso están hechas las guerras civiles.

domingo, 25 de agosto de 2013

Tres poemas

de Heberto Padilla (1932 -2000)


El justo tiempo humano


¡Mira la vida al aire libre!

Los hombres remontan los caminos
recuperados
y canta el que sangraba.

Tú, soñador de dura pupila,

rompe ya esa guarida de astucias
y terrores.
Por el amor de tu pueblo, ¡despierta!
El justo tiempo humano va a nacer.

(De El justo tiempo humano, 1962)


Poética 


Di la verdad.
Di, al menos, tu verdad.
Y después
deja que cualquier cosa ocurra:
que te rompan la página querida,
que te tumben a pedradas la puerta,
que la gente
se amontone delante de tu cuerpo
como si fueras
un prodigio o un muerto.

(De Fuera del juego, 1968)


Que siempre exista tu cabeza...


Que siempre exista tu cabeza
                                              a poca altura de la mía
Una ciudad soltando pájaros
                                                           bodas
                                                                       en fin
gaviotas en la espuma
                                  Que haya un tonel de vino negro
      como tus ojos
                                  y naves altas y limpias
como la noche
Y tú en medio de todo
juntando lo inconexo.

(De El hombre junto al mar, 1981)

jueves, 22 de agosto de 2013

Los justos


Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.

El que agradece que en la tierra haya música.

El que descubre con placer una etimología.

Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.

El ceramista que premedita un color y una forma.

Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.

Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.

El que acaricia a un animal dormido.

El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.

El que agradece que en la tierra haya Stevenson.

El que prefiere que los otros tengan razón.

Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.

Jorge Luis Borges

sábado, 17 de agosto de 2013

Quiero cantarte un beso


Quiero cantarte un beso,
mas todo se confunde
entre un millón de huesos
y derrumbes.
Así que el beso huye
con ojos de reproche,
mientras la sangre fluye
por las noches.

La  muerte se ha regado
por toda la pradera.
A aquel que la ha sembrado
¿qué le espera?
Dicen que el responsable
nunca ha gastado cuernos,
sino un traje impecable
en los infiernos.

Y vuelve la necesidad
de repasarme dónde estoy,
si existe o no la humanidad
y si se ha visto hoy.

La esfera agonizando
todos los días explota
y nadie está mirando
que está rota.
Treinta y cinco mil niños
mataron ese día.
La tele no hizo un guiño
todavía.

Y vuelve la necesidad
de repasarme dónde estoy,
si existe o no la humanidad
y si se ha visto hoy.

Grandes ilusionistas
con hazañas de alarde,
dicen que son altruistas
los cobardes.
Mientras el poderoso
más ordena y más traga
y el pequeño ripioso
siempre paga.

Y vuelve la necesidad
de repasarme dónde estoy,
si existe o no la humanidad
y si se ha visto hoy.

Creí que nadie estaba,
que nada respondía,
pero el amor velaba
todavía.
Y el viejo centinela,
en medio del desierto,
prendió infinitas velas
por los muertos.

Y vuelve la necesidad
de repasarme dónde estoy,
si existe o no la humanidad
y si se ha visto hoy.

octubre, 2001

miércoles, 14 de agosto de 2013

Arte Poética


A  Robert Pring-Mill

Y sobre todo esto: sé sincero contigo mismo
y de ello seguirá, como la noche al día,
que ya no podrás mentir a nadie.

Shakespeare
Creo que fue hace dos o tres meses,
viendo desde lo alto los automóviles de La Habana,
los automóviles destruidos que, como bestias,
se revuelcan en las calles de La Habana;
mirando la luz mortecina en la avenida espaciosa,
no concebida para la penumbra;
viendo las gentes tensas, impacientes,
ocupadas, ansiosas, aburridas;
las gentes que deambulaban sin saber qué hacer,
o que marchaban desesperadas por una tarea frenética;
las gentes mal vestidas que en mi patria trabajan
para que el día de mañana no sea una triste metáfora
en las páginas de este, de otro libro;
creo que fue hace dos o tres meses, repito,
que empecé a escribir un poema más bien breve
en el que hablaba serena, económicamente,
de la violencia de los ojos de una mujer
y en el que me atenía, por supuesto,
a las fórmulas poéticas más recientes,
en el que empleaba varias hermosas frases hechas
que después hacía estallar sin contemplaciones,
con velocidad, con ternura.
Pero mi mano, la palma de mi mano
y ese lugar donde se juntan el aire, mis zapatos y mi alma,
no podía encontrarlos en aquellas palabras que escapaban,
corrían, para dejarme solo y vano y mudo.

PARA SER UN POETA SOCIAL,
ELIJA ENTRE LAS TRES FÓRMULAS SIGUIENTES:

a)    la metafórica legítima, reconocida y prestigiosa.
Caballo de batalla de los viejos poetas
(más de 50 años).
      Ejemplo:

“y sobre las cenizas llegan los milicianos,
llegan como rosadas caracolas
que golpean mi corazón”.

b)   la conversacional, elegante, moderna, personal,
propia para poetas entre los 30 y los 40.
      Ejemplo:

“porque es grande como el amor
esto que construimos”.

c)    la antipoética ortodoxa, rebelde, juvenil, novedosa,
atractiva:
la fórmula ideal para el poeta joven.
      Ejemplo:

“la revolución es así,
del carajo,
ancha como la espalda de mi padre”.

Pero cuando uno es exactamente un miliciano
y se mira al espejo y no halla una caracola rosada enfrente;
cuando sabe que lo que construimos es como el amor,
pero también es como el odio y como tantas, tantas cosas;
cuando las espaldas estrechas de mi padre
(que nunca llegó a entender verdaderamente la revolución)
se están pudriendo ya bajo la tierra…
Por eso, entre las fórmulas de lujo
¿CÓMO HACER UN POEMA?
seguía yo escribiendo mi poema
¿CÓMO DECIR LO QUE DEBO DECIR?
hablando de aquellos ojos terribles
hasta que fui al balcón y miré, vi desde el balcón la gente
      que subía,
yo que bajaba y que era uno más entre las hileras de gentes;
yo, construyendo un mundo que me deja nacer
      porque me aplasta,
buscando un sitio donde comer algo,
el cuerpo aquí y el alma en el futuro;
yo, trabajando lleno de esperanza;
yo, leyendo un periódico de cuatro páginas casi sin noticias,
tan lejano.
Creo que fue hace dos o tres meses que rompí aquel poema,
que arrojé al viento de La Habana que volaron
      por la avenida
mientras la gente alzaba la cabeza;
que comprendí que el único modo real de decir todo era,
sencillamente,
decir todo.


Guillermo Rodríguez Rivera
(de El Libro Rojo, 1970)